“El Museo de Arte Moderno, de Barcelona, está presente con la «Mujer sentada, n.º 2», bronce de Julio González de 1935-37. Se trata de una copia de un original en hierro. En esta pequeña obra se observa, en reducción, el carácter monumental de su obra y la influencia que ha tenido sobre la escultura contemporánea.”
Westerdahl, E. (1973). La 1ª Exposición Internacional de Escultura en la calle, en Santa Cruz de Tenerife. Quaderns d’arquitectura i urbanisme, ISSN 1133-8857, Nº. 99. Número dedicado a los parques naturales, 47-50.
“Se hace obligado por último una valoración de las piezas expuestas, más allá de las consideraciones de su conjunta presentación, ya histórica. Los ordeno en atención a la fecha de nacimiento de los artistas, ya que, salvo circunstancias inusuales, marcan su protagonismo plástico.
Los de mayor antigüedad eran Julio González (n. 1876) y Pablo Gargallo (n. 1881), crecidos ambos en el riquísimo caldo de cultivo de la Cataluña modernista primero y noucentista luego. Del primero veíamos una Mujer sentada n°2 (1935-37) bien representativa de la investigación férrica y formal por él desarrollada tras el relanzamiento plástico que significó su relación con Picasso al final de la década de los veinte”
Pérez Reyes, C. (1996). Reflexión sobre lo visto y lo vivido. En A. Carnero, D. Duque, & C. Schwartz, Iª Exposición Internacional de Escultura en La Calle (págs. 65-76). Santa Cruz de Tenerife: Cabildo Insular de Tenerife. Área de Cultura. ISBN: 84-87340-63-6
“Del Museo de Arte Moderno de Barcelona se recibió en préstamo Mujer sentada No 2, una copia en bronce del original en hierro que realizara Julio González entre 1935-37. Hablar de González es hablar del ambiente que se respiraba en el París de entreguerras; es hablar en cierto modo de Modigliani y Brancusi, con quienes le unía una sincera amistad; es hablar de Picasso y de su estrecha y fecunda colaboración durante los años treinta; es hablar de Torres García, que le llevó a tomar contacto, en 1929, con el grupo Cercle et Carré, donde conoció a Vantongerloo, Mondrian, Leger, Arp…; es hablar de una nueva edad del hierro para la escultura que comienza tras su aprendizaje en la técnica de la soldadura autógena, la única que le faltaba para llegar a ser el más diestro escultor de metales; es, en definitiva, hablar de uno de los más grandes escultores del siglo XX y de toda la historia, cuya huella y aportaciones han nutrido a varias generaciones de artistas, desde el norteamericano David Smith hasta los grandes forjarios españoles como Chillida, Chirino o Pepe Abad.”
Fernández Lomana, M.A. (1996). De la conmemoración al homenaje. En A. Carnero, D. Duque, & C. Schwartz, Iª Exposición Internacional de Escultura en La Calle (págs. 87-108). Santa Cruz de Tenerife: Cabildo Insular de Tenerife. Área de Cultura. ISBN: 84-87340-63-6