Juan Bordes habitualmente desarrolla la técnica del modelado de cera y el vaciado en bronce, por eso cada realización es como un alumbramiento, el propio artista se refiere a sus esculturas como figuras para la luz. Los cuerpos humanos son representados en distintas posturas buscando tensiones musculares, la aptitud de desgarramiento físico es un ejercicio para profundizar más en los límites de la existencia, la fortaleza, el vigor y el aliento de la vida.
El muro o relato de un equilibrio, obra en bronce, estaba ubicada originalmente en la Rambla General Franco, frente a un lateral del muro del Cuartel del Almeida, y este lugar tenía una relación más en consonancia con la escultura. Se desarrolla una escenografía de cinco figuras en posturas diferentes y colocadas en una gran estructura que a su vez esta dividida en dos partes, la parte superior son unos paneles ciegos (que se podrían relacionar con la pared de enfrente que también es un muro ciego de color gris) y la inferior donde se colocan los cuerpos. El resultado es una gran pantalla o escaparate que muestra movimientos humanos con las tensiones musculares propias de una actividad física.