Estudió en la Slade School de Londres y luego en París, donde se hizo amigo de Tristan Tzara y de Giacometti. A su regreso a Inglaterra practica un arte inconformista, que parece inspirado por un pasado primordial, sin referencia a lo humano. En los últimos años se ha convertido en uno de los dirigentes de la Escuela británica de arte «pop» o constructores de objetos. Con piezas de maquinaria desechada construyó maravillosos monstruos de feroz vitalidad cuyas fauces increíblemente amontonadas, que reflejan en bronce los millares de tuercas, pernos y otras partes de las máquinas, asumen la belleza patética de una civilización moribunda. Forma parte del Grupo Independiente que a finales de 1952 reunió en Londres a pintores, escultores, arquitectos y críticos jóvenes.
«Entre los cientos de escultores que han surgido desde 1945, me parece, que sólo hay uno que puede decir que ha inventado un nuevo estilo: Eduardo Paolozzi». (Herbert Read).