Moore es uno de los puntales de la renovación de la escultura inglesa y su influencia es universal. Hijo de un minero, primero se dedicó a la enseñanza, estudiando más tarde escultura clásica en Leeds y Londres. Después de asimilar las culturas, desde el arte precolombino al surrealismo, durante sus viajes por Europa y América, permaneció profundamente apegado a su país natal y a sus paisajes, para los cuales concibió su obra que estaba destinada al aire libre. No resulta fácil dividir su obra en periodos, por cuanto retorna a concepciones anteriores con frecuencia, a la vez que ha mantenido la costumbre de expresarse tanto en términos figurativos como afigurativos. Quizá su aportación más importante radique en esa pronta inquietud por resolver el problema del volumen perforado, no deteniéndose ahí, sino buscando todos los medios para relacionar -y valorar estéticamente- las conexiones entre las superficies interiores y exteriores de la obra.